EUROPA
PRESS
5 abril
2018
Perdida
de masa muscular a los 50, ¿cómo combatir la sarcopenia?
La sarcopenia
es la pérdida degenerativa de masa, potencia y rendimiento muscular causada por
el envejecimiento. Conlleva a menudo una disminución de la fuerza o una bajada
del nivel de actividades, así como problemas de movilidad, osteoporosis, caídas
y fracturas.
En concreto, la pérdida de masa y de fuerza muscular se
produce de manera gradual durante la edad adulta pronunciándose en la vejez. En
las mujeres se produce de manera más abrupta al llegar la menopausia. Según
destaca la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el interés de
la sarcopenia es debido a su asociación con la
pérdida funcional y la discapacidad y, como consecuencia, a una mala calidad de
vida y finalmente a una mayor mortalidad.
"Es a partir de los 50 años cuando la masa muscular
declina entre un 1 y un 2%, la fuerza muscular disminuye un 1,5% anualmente, y
hasta un 3% a partir de los 60 años. Estos porcentajes son más altos en personas
sedentarias y dos veces mayores en los hombres que en las mujeres",
advierte.
En este sentido, alerta de que la sarcopenia
puede aparecer o agravarse coincidiendo con una desnutrición proteico
calórica, y por lo tanto asociada a la pérdida de peso. Sin embargo, dice que
también puede encontrase sarcopenia con un peso
corporal normal o incluso alto. "La obesidad con sarcopenia
acumula los problemas asociados de ambos y se ve favorecida por dietas
inadecuadas y sedentarismo acusado", avisa.
Asimismo, comparte elementos comunes con la mayor parte de
las atrofias musculares. De hecho, subraya que en las personas mayores la
incidencia de patologías relacionadas con la pérdida de masa muscular aumenta
(cáncer, diabetes), así como la malnutrición o la inactividad física.
Afecta una ingesta
calórica inferior
Mientras, la Fundación Española de Nutrición (FEN) resalta
que, después de los 70 años, la pérdida de músculo se acelera hasta alcanzar el
15% por década. "Esto se puede explicar por una ingesta calórica inferior
de las personas de edad en comparación con los adultos más jóvenes que conduce
a una pérdida de peso y de masa muscular", indica, a la vez que enumera
varios factores que pueden explicar la alteración del estado nutricional:
Factores fisiológicos y cognitivos:
-
Un cambio en las habilidades sensoriales y gustativas
-
Una menor capacidad para comer de manera independiente
-
Trastornos gastrointestinales tales como diarrea crónica o
estreñimiento
-
Patologías pulmonares y cardiovasculares avanzadas o neurodegenerativas
como el Parkinson
-
Dietas terapéuticas que impiden el consumo de algunos alimentos
Factores psicológicos y sociales:
-
Depresión o aislamiento social que puede ocurrir tras perder a su
pareja o sus amigos
-
Una reducción de la actividad física, por ejemplo, dejan de hacer
la compra o preparar la comida
Según señala la FEN, tanto la pérdida ponderal como la
ingesta alimentaría son determinantes en la calidad de vida del paciente. Por
ello, aboga por practicar ejercicio físico, así como por reforzar la
suplementación oral, a la hora de tratar y prevenir la sarcopenia.
"La suplementación aislada sólo enlentece
la pérdida de masa muscular. Para prevenir y tratar esta pérdida de masa
muscular, la ingesta de energía y proteínas es muy importante, junto a la
actividad física", agrega.
En este sentido, recomienda para mantener una ingesta de
proteínas adecuada en esta etapa de la vida: comer a menudo legumbres, añadir
queso a las verduras y hortalizas, ensaladas, patatas, fideos y cazuelas;
también se puede añadir huevos duros a las ensaladas, comer yogur solo, con
frutas o con cereales; la leche en polvo puede ser añadida a sopas y cremas,
purés de patatas, cazuelas, pudin y postres a base de
leche ya que las proteínas de suero, que suponen el 20% del contenido total de
proteínas de la leche, tienen una buena digestibilidad; por otro lado, en caso
de necesidad, las dietas pueden ser complementadas con barritas hiperproteicas u otros suplementos.
Ejercicio y sarcopenia
En cuanto al ejercicio físico, desde la Sociedad Española de
Geriatría explican que en el ser humano la potencia muscular alcanza el pico
máximo entre la segunda y tercera década de la vida manteniéndose hasta los
45-50 años, comenzando entonces a disminuir a un ritmo de un 10-25% por década.
"Esta gran variabilidad depende de multitud de factores principalmente de
la actividad física", advierten.
En concreto, indica que parece que con la edad disminuye no
sólo el número de células musculares (masa muscular), sino también la fuerza
producida por estas células (calidad muscular). "Aparte de los factores
intrínsecos neuromusculares, existen factores extrínsecos, básicamente dieta y
actividad física, especialmente esta última que influyen de una manera decisiva
en la aparición y curso de la sarcopenia",
añade.
Según asegura, está demostrado que la sarcopenia
empeora con el desuso y que la inactividad produce una mayor y más rápida
pérdida de músculo. "Sin embargo incluso los atletas veteranos desarrollan
sarcopenia, lo que nos indica que esta entidad no
puede ser completamente prevenida con la actividad física. Pero es evidente que
el estilo de vida sedentario típico en los países occidentales que afecta a
todas las edades, pero especialmente a los ancianos, hace que la inactividad
acelere la pérdida de masa muscular. La evidencia actual sostiene que la mejor
manera de prevenir y tratar la sarcopenia es mediante
el ejercicio físico y una nutrición adecuada", sentencia la SEGG.